Lo primero que debes hacer para tratar una herida postoperatoria es protegerla de los microorganismos y bacterias, siempre al acecho para causar una infección. ¡En ese caso, tendrías problemas! Hay dos factores clave para el tratamiento de tu herida: higiene y limpieza.
Higiene y limpieza son dos aspectos clave que puedes conseguir limpiando la herida en un primer momento solo con agua, pero con más frecuencia. Procura no tocar los puntos de sutura ya que si se estimulan podrían saltar. Como alternativa al agua, te recomendamos usar una gasa impregnada con una solución fisiológica.
Ahora pasamos a las acciones más importantes. Pero si quieres eliminar, o casi, la posibilidad de que tu herida quirúrgica se infecte, no basta el agua. Para evitar que las bacterias y otras sustancias tóxicas se infiltren en la herida quirúrgica deberás desinfectarla cada día con un antiséptico específico. Acude a tu médico: él sabrá indicarte qué solución es la más adecuada para tu herida quirúrgica.
Para proteger tu herida quirúrgica, deberás aplicarte uno de los materiales de cura más comunes: el apósito. Infórmate sobre el tipo de producto que elegir: puedes pedirle una mano a tu médico o al cirujano que ha realizado la operación. ¿Sabes cuál es el as en la manga del apósito? Que mantiene secos los bordes de la herida quirúrgica y es un material que permite que el oxígeno llegue a la herida. ¿Resultado? Vía libre para la sanación de tu herida quirúrgica.
Es tiempo de pasar a la acción. ¡Mira también el vídeo de Pic it easy!