
Hipotensión: te aclaramos todas las dudas sobre la tensión baja
Aunque normalmente se resuelve con un poco de agua y azúcar, cuando la tensión baja se hace crónica, significa que ha pasado de ser un trastorno pasajero a una enfermedad. No es para tomárselo a broma: hay causas y síntomas específicos y también personas que son más susceptibles a las bajadas de tensión. Pero, ¿qué es exactamente la hipotensión o tensión baja? Entremos en materia.
Retrato robot de la tensión baja
Para saber si tienes la tensión baja, solo necesitas tener un tensiómetro: siempre que tengas la mínima en menos de 80 mmHg (milímetros de mercurio) y la máxima en menos de 120 mmHg, estás atravesando un episodio de hipotensión. En la mayoría de las personas sanas, la hipotensión, a diferencia de la hipertensión, no causa problemas; muy rara vez puede provocar mareos o desmayos. Sin embargo, es importante saber que hay dos tipos de hipotensión, la ocasional y crónica, cada una con sus síntomas propios.
Síntomas de la hipotensión ocasional
La bajada de la tensión, si se produce de forma repentina, puede ir acompañada de síntomas y molestias como mareos o vértigo, visión borrosa, náuseas, falta de concentración y desmayos. Sufrir de vez en cuando mareos o sensación de agotamiento es normal, sobre todo después de estar horas sin beber, en caso de deshidratación leve, tras una larga exposición solar o después de un baño relajante "demasiado" caliente. También hay que tener en cuenta que la tensión varía constantemente dependiendo de factores tales como la posición del cuerpo, el ritmo de respiración, el estrés, la alimentación y la hora del día, todo lo cual puede afectar a nuestros valores de tensión. En general, la tensión es más baja por la noche y aumenta rápidamente al despertarnos
Hipotensión ocasional: embarazo y hemorragia
La hipotensión puede estar provocada por factores ambientales, como la exposición al sol, o por estados concretos del organismo. Durante el embarazo, el sistema cardiovascular se expande con rapidez, lo que puede causar una bajada de la tensión. Es totalmente "normal" y se resuelve tras el parto, cuando la tensión recupera los niveles previos al embarazo. Cuando se pierde mucha sangre debido a una herida, por ejemplo, el volumen de sangre que circula en el cuerpo es menor, lo que ralentiza nuestro sistema cardiovascular y puede causar, dependiendo de la gravedad de la lesión, una bajada brusca de la tensión.
Hipotensión crónica: bradicardia, tiroides, diabetes
Si los episodios de tensión baja son más frecuentes de lo normal por situaciones "fisiológicas", nos encontramos ante una hipotensión crónica: sería importante acudir al médico pues podría ser el síntoma de un problema más grave. Otra causa de hipotensión es la bradicardia crónica, que se produce cuando los latidos del corazón son más lentos de lo normal: podría ser un signo de alarma del mal funcionamiento de las válvulas del corazón. Los continuos episodios de hipotensión también pueden ser un indicio de problemas endocrinos, como trastornos de la tiroides, insuficiencia suprarrenal, hipoglucemia (bajos niveles de azúcar en la sangre) o incluso diabetes.