El tensiómetro de mercurio, inventado hace casi 100 años, es el patrón oro para medir la tensión. Sin embargo, su venta al público está prohibida desde el 3 de abril de 2009 debido a la toxicidad del mercurio y a su dificultad de gestionar con el medio ambiente. Veamos juntos cuáles son las alternativas más indicadas para tus necesidades.
Este tipo de tensiómetro manual para la detección auscultatoria de la tensión incorpora un sistema mecánico de palancas y resortes, con una serie de niveles que registran la tensión en una escala circular. Como todos los tensiómetros manuales, se utiliza acompañado del estetoscopio. No obstante, se trata de un aparato poco estable en el tiempo, sobre todo si se maneja con poco cuidado: necesita calibrado al menos una vez al año. A pesar de ser menos voluminoso y más fácil de transportar que los demás modelos, debes saber, que es complicado para un uso totalmente autónomo.
Los tensiómetros "híbridos" presentan algunas de las desventajas clásicas de la técnica auscultatoria, como la subestimación de la tensión arterial sistólica y la sobrestimación de la diastólica. Con todo, los tensiómetros híbridos combinan las ventajas de los dispositivos manuales (estabilidad y seguridad) con las de los digitales automáticos (menos errores). Estos instrumentos incorporan un transductor electrónico que detecta la presión del aire del manguito y la muestra en una escala analógica (una pequeña columna con un led digital que simula el mercurio) o en una digital. También puede mostrar los valores de presión del aire del brazalete en forma de números que se muestran en la pantalla mientras se infla el brazalete.
Los tensiómetros automáticos y semiautomáticos detectan la tensión arterial registrando las oscilaciones de presión del interior del brazalete en los distintos momentos o fases de la medición. Estos tensiómetros pueden medir durante el inflado o desinflado del aire del manguito, incluso ante la presencia de ruido y ofrecen una medición correcta sin necesidad de formación. Por todo ello, son muy fáciles de utilizar y los resultados son extraordinariamente comprensibles. Sin embargo, presentan algunos inconvenientes, como la posible inexactitud de los datos en pacientes con arritmias y que no pueden someterse a vibraciones mecánicas durante la medición de la tensión.
Los tensiómetros manuales son los más difíciles de utilizar. Por eso suelen ser patrimonio exclusivo de médicos y profesionales sanitarios. Antes de comprar un tensiómetro manual, deberías realizar un curso para aprender a manejarlo correctamente. Pero antes pregúntate si vale la pena, ya que los tensiómetros digitales automáticos, que puedes utilizar tú mismo, son tan fiables como los manuales.