No hay duda de que la stevia es la planta del momento para los diabéticos. Posee reconocidas propiedades médicas y edulcorantes: de sus hojas se extrae un edulcorante 200 veces más potente que el azúcar, con cero calorías. En resumen, supone un valioso aliado para el control de tu glucemia. Pero antes de bautizar a la stevia como la planta ideal para los diabéticos, vamos a descubrir juntos sus pros y sus contras.
¿Sabías que las hojas trituradas de stevia endulzan entre 20 y 30 veces más que el azúcar, y el extracto, entre 200 y 300 veces más? Además, el edulcorante extraído de la stevia no tiene calorías y está especialmente indicado para diabéticos con sobrepeso.
¿No te gusta el regaliz? Uno de los inconvenientes de la stevia que debemos comunicarte es que posee un leve regusto a regaliz que podría resultar desagradable. Además, solo se venden extractos del principio activo, no hojas secas en polvo.
Además de la stevia existen muchos otros edulcorantes naturales indicados para los diabéticos; por ejemplo, la malta de cebada y el jarabe de arroz o de maíz. Todos tienen un alto contenido en maltosa y en sustancias esenciales para el organismo, como aminoácidos, potasio, sodio y magnesio, pero su poder edulcorante es inferior al de la miel y, en algunos casos, contienen trazas de fructosa.
Recién llegado de México, el sirope de agave, la planta del tequila rica en minerales, tiene un porcentaje de glucosa inferior al del azúcar, pero los científicos todavía estudian si el sirope de agave contiene o no trazas de fructosa.
Estos nuevos edulcorantes naturales, entre los que se cuenta la propia stevia, aunque son inocuos en las dosis permitidas por ley, pueden tener limitaciones de uso. Por este motivo te recomendamos que leas bien la etiqueta de los productos y que, como siempre, lo consultes con tu médico. También debes prestar especial atención a la hipertrigliceridemia, ya que un consumo elevado de la fructosa presente en los edulcorantes naturales aumenta el nivel de triglicéridos.