Si tu hijo necesita aerosolterapia, es probable que tengas un aerosol con mascarilla. Es fácil de aplicar sobre la cara pero debes asegurarte de que el perímetro de la máscara se adhiera bien al rostro de tu pequeño. De lo contrario, el fármaco o la solución fisiológica se dispersará en el ambiente y todo el esfuerzo para administrarle el aerosol será en vano.
Todas las ventajas de los aerosoles de última generación para los más pequeños. Estos productos se componen de las mismas piezas que los aerosoles corrientes (ampolla, tubo y mascarilla) pero, una vez montado, tienen el aspecto de un juguete o de un personaje de los dibujos animados preferidos de tu hijo. Presentándolo como un juego, será mucho más sencillo acercar el aerosol a tu pequeño... ¡un verdadero juego "de niños"!
Uno de los muchos trucos para aplicar aerosolterapia a tu niño consiste en sentarse a su lado frente a un espejo. A ti te resultará más fácil comprobar la posición de la mascarilla, mientras que el pequeño estará menos nervioso porque verá directamente lo que ocurre.
Si quieres distraer a tu hijo durante la sesión con aerosol, ¿por qué no probar a entretenerlo con una canción? Elige un tema tranquilo y alegre. ¿Regla única? Tapa el ruido del aerosol.
¿Tu hijo ya es grandecito? Puedes probar a entretenerlo con un libro cuando use el aerosol. Recuerda que, si tu hijo quiere hacerle la aerosolterapia a su peluche o a su muñeca, no debes oponerte: el principio de imitación suele funcionar.
Si alguna vez se te ha ocurrido ponerle el aerosol sin que se dé cuenta, olvídalo. Ten en cuenta que durante el sueño la boca está cerrada, la respiración es superficial y el fármaco no alcanza los pulmones. Y también tendrás que quitarle el chupete.