Un dato rápido: si tienes riesgo de hipertensión debes saber que el ejercicio físico, al estimular el sistema cardiovascular, reduce en un 35 por ciento la probabilidad de desarrollar hipertensión arterial confirmada.
Para que tu plan de actividad física contra la hipertensión sea eficaz, necesitarás encontrar tiempo para practicar ejercicio al menos tres veces por semana. Organiza tus entrenamientos en tu calendario personal.
Recuerda también que cada entrenamiento debe durar como mínimo 30 minutos. Empieza siempre con unos diez minutos de estiramientos para calentar. ¿Un consejo? Deja que pase un día entre un entrenamiento y otro. De este modo recuperarás energía y eliminarás el ácido láctico que haya podido acumularse en los músculos.
Si tienes la tensión alta, los deportes que más te convienen son los ejercicios de resistencia con metabolismo aeróbico, incrementos de frecuencia cardíaca y de presión limitados y esfuerzo competitivo moderado. ¿Algunos ejemplos? ciclismo en llano, esquí de fondo, natación, golf, marcha en llano, jogging, trekking no extremo, patinaje, piragüismo, petanca, pesca deportiva, tiro deportivo. Evita todos aquellos deportes que aumentan la tensión como la halterofilia o el culturismo, a menos que sea con cargas muy limitadas.
Durante el entrenamiento recuerda que la intensidad del esfuerzo no deberá superar jamás el 50 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima alcanzable. Calcula la frecuencia máxima con la siguiente fórmula: 220 - tu edad.
Al final de cada entrenamiento dedica 10 minutos a recuperar y a relajar los músculos. De esta forma recuperarás la frecuencia cardíaca normal sin perder oxigenación.