Otitis del nadador y del buceador: una infección "acuática"
En invierno, en la piscina; y en verano, en el mar, no puedes resistirte a hacer unos largos... Haces bien porque nadar es un deporte beneficioso para el organismo que mejora tu bienestar general. Sin embargo, debes saber que ya seas un auténtico Mark Spitz o un simple bañista, hay un tipo de otitis que sólo afecta a quienes se zambullen en el agua: la otitis del nadador o del buceador. Se trata de una inflamación del conducto auditivo externo causada por microorganismos que viven en el mar, el lago, los ríos y las piscinas. Te contamos cómo reconocerla y qué hacer para mantenerla a raya.
Picor y pérdida de audición: las primeras señales
¿Cómo reconocer la otitis del nadador? Si después de un baño refrescante notas un ligero picor en el oído o te sientes peor de lo normal, pueden ser los primeros síntomas de la infección. Pero ten en cuenta que, para confirmar la existencia de otitis externa del nadador, el tiempo es clave: el efecto combinado de picor y pérdida de audición debe ser prolongado.
Si ignoras los síntomas, puede aparecer el dolor
Si se producen las dos primeras señales que hemos mencionado y las ignoras, la otitis también puede causar un dolor muy intenso, especialmente si llega al pabellón auricular.
La otitis del nadador puede extenderse a los dos oídos
En casos más graves, la otitis del nadador cursa con fiebre y secreciones de oído. Además, la infección es bacteriana o fúngica, puede acabar extendiéndose a los dos oídos.
Los buzos se lavan los oídos con agua boricada
Si quieres emular las hazañas de Cousteau, el famoso oceanógrafo francés, seguramente sabrás que los profesionales de los mares tropicales conocen la importancia de la higiene del oído externo. Todos los días, después de bucear, se lavan el conducto auditivo con agua boricada para destruir los microorganismos contenidos en el plancton marino que podrían acumularse en el oído. El mejor momento para lavarse los oídos con agua boricada es por la noche, antes de irse a dormir, para que la solución tenga tiempo de hacer efecto.
Factores de riesgo (primera parte): mares tropicales o abarrotados
Un dato curioso a tener en cuenta es que las bacterias y los hongos encuentran su caldo de cultivo perfecto en los mares tropicales ricos en plancton, en las piscinas o en las playas muy concurridas donde hay climas húmedos.
Factores de riesgo (segunda parte): sudoración y uso incorrecto de bastoncillos de algodón
Si sudas más de la cuenta, debes saber que la humedad que se forma en el conducto auditivo externo del oído fomenta la proliferación de bacterias. Y lo mismo puede pasar si abusas de los bastoncillos de algodón aunque no los necesites: los bastoncillos provocan microabrasiones que son un excelente caldo de cultivo para los microorganismos que siempre andan al acecho.
Deja de bucear y limita el contacto con el agua
Si sospechas que tienes otitis del nadador o del buceador, no te bañes ni en el mar ni en la piscina. Para que la recuperación sea total, se aconseja limitar el contacto del oído con el agua durante al menos una semana.