Todos los trucos para administrar el aerosol a un niño
Si alguna vez has intentado administrar el aerosol a un niño, sabrás de qué hablamos. A ningún “pequeño” le gusta respirar de una mascarilla o, menos todavía, de una boquilla. Pero hace tiempo que la tecnología, la fantasía y la imaginación han limado lo que podría parecer un escollo insuperable. A continuación, te damos algunos trucos sencillos para que tu hijo empiece a ver el aerosol como un juego.
Si optas por la mascarilla, procura no desperdiciar el fármaco
Si tu hijo necesita aerosolterapia, es probable que tengas un aerosol con mascarilla. Es fácil de aplicar sobre la cara pero debes asegurarte de que el perímetro de la máscara se adhiera bien al rostro de tu pequeño. De lo contrario, el fármaco o la solución fisiológica se dispersará en el ambiente y todo el esfuerzo para administrarle el aerosol será en vano.
Cuando el aerosol se convierte en un juego
Todas las ventajas de los aerosoles de última generación para los más pequeños. Estos productos se componen de las mismas piezas que los aerosoles corrientes (ampolla, tubo y mascarilla) pero, una vez montado, tienen el aspecto de un juguete o de un personaje de los dibujos animados preferidos de tu hijo. Presentándolo como un juego, será mucho más sencillo acercar el aerosol a tu pequeño... ¡un verdadero juego “de niños”!
El aerosol que se mira al espejo
Uno de los muchos trucos para aplicar aerosolterapia a tu niño consiste en sentarse a su lado frente a un espejo. A ti te resultará más fácil comprobar la posición de la mascarilla, mientras que el pequeño estará menos nervioso porque verá directamente lo que ocurre.
Aerosolterapia con música
Si quieres distraer a tu hijo durante la sesión con aerosol, ¿por qué no probar a entretenerlo con una canción? Elige un tema tranquilo y alegre. ¿Regla única? Tapa el ruido del aerosol.
Entretenle con un libro
¿Tu hijo ya es grandecito? Puedes probar a entretenerlo con un libro cuando use el aerosol. Recuerda que, si tu hijo quiere hacerle la aerosolterapia a su peluche o a su muñeca, no debes oponerte: el principio de imitación suele funcionar.
No se lo administres “a sus espaldas”
Si alguna vez se te ha ocurrido ponerle el aerosol sin que se dé cuenta, olvídalo. Ten en cuenta que durante el sueño la boca está cerrada, la respiración es superficial y el fármaco no alcanza los pulmones. Y también tendrás que quitarle el chupete.