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Como sabes, las agujas y las jeringas desechables reducen las probabilidades de infección. Existen jeringas con aguja de usar y tirar, y otros dispositivos que eliminan el riesgo de contraer virus.
Las clásicas jeringas desechables, que se desechan después de poner la inyección, se diferencian por su capacidad: según el uso se las puede encontrar de 2,5 y 5 ml (las más comunes) hasta 100 ml. En el centro de salud puedes encontrarte con dispositivos especiales donde la aguja se conecta a un cilindro de plástico llamado "holder" o "camisa", al que se inserta una probeta. ¿Para qué se utilizan? Sobre todo para la extracción de sangre, ya que permiten transferir la muestra de sangre con total seguridad. Y si se necesita extraer más muestras basta con sustituir la probeta, con lo que se evitan pérdidas de sangre y contaminaciones.
¿Alguna vez has oído hablar de las "agujas mariposa"? Son agujas indicadas para tratamientos a corto plazo, administración única y para extracción de sangre, y su forma es similar a la de una mariposa con las alas desplegadas. Se utilizan sobre todo en niños y en caso de accesos venosos difíciles. Tanto las agujas mariposa como las jeringas son totalmente desechables: la aguja se desecha de inmediato una vez realizada la extracción.
Las agujas tienen, al igual que las pistolas, un calibre que corresponde a la capacidad de inyección del fármaco. El calibre es la potencia de fuego de la aguja. Por regla general, las más comunes son las agujas de calibre similar a 20 o 21 gauge. El gauge es la medida que permite calcular la capacidad de la aguja, la cual disminuye al aumentar la medida (y viceversa). Para extraer sangre de venas pequeñas o especialmente frágiles, se utilizan calibres inferiores.
Actualmente, las jeringas pre-cargadas, ya cargadas con el fármaco a administrar, experimentan un gran auge gracias a que eliminan el riesgo de contaminación y los errores de dosificación.
