Si tu hijo ha recibido la dosis de insulina diaria, podrá ingerir una comida totalmente normal. Si come en el comedor, tranquila: no deberá renunciar a nada y se beneficiará de una dieta sana ya que los platos que se sirven en el comedor suelen escogerse cuidadosamente para garantizar a los niños, con o sin diabetes, una dieta equilibrada.
Le han invitado al cumpleaños de un compañero de clase y ¡hay tarta! Tu hijo no deberá renunciar a ella en absoluto, aunque sea diabético. Es importante, sin embargo, que antes de comerla se le administre una dosis adicional de insulina. Con todo, pide siempre consejo a tu endocrino para gestionar estas situaciones "previsibles" y conseguir que tu hijo viva tranquilo.
Durante el día, tu hijo necesitará controlar la glucemia extrayéndose un poco de sangre de la yema del dedo. Es una operación sencilla, pero que hay que saber hacer. Recuerda que puedes contar con el apoyo de maestros y profesores, respetando siempre las normas de higiene normales.
Es conveniente que tu hijo diabético lleve siempre consigo recipientes para desechar las agujas y tiras usadas del control de la glucemia.
Como sabes, el ejercicio disminuye los niveles de azúcar. Por eso es necesario que el profesor de educación física de tu hijo diabético sepa reconocer los síntomas de la hipoglucemia. Pide que tu hijo pueda llevarse al gimnasio alimentos que permitan corregir de inmediato la glucemia. ¿Un ejemplo? El clásico sobre de azúcar.