Vigila siempre que el apósito conserve sus propiedades adhesivas: si los bordes empiezan a levantarse, no es buena señal. Si el apósito ha llegado al final de su vida útil es cuando empieza a perder su capacidad de contener el exudado y… pica!. Todas estas señales te envían un claro mensaje: es hora de cambiar el apósito. Esta es una buena regla que conviene seguir tanto con quemaduras como con heridas. Así evitarás de paso el riesgo de infección.
¿Te has lastimado el codo? Si el apósito se encuentra en una posición complicada como el codo, el adhesivo podría despegarse con más facilidad, favoreciendo la entrada de suciedad y bacterias en la herida. ¿Un consejo? Cuando el apósito se encuentra en una posición incómoda, cámbialo a menudo.
Si tienes un esguince leve, deberás inmovilizarlo con un vendaje específico. Normalmente estos vendajes ejercen la presión suficiente como para poner la articulación en su sitio. Recuerda no obstante que deberás cambiar el vendaje aproximadamente una vez a la semana.
Si has tenido la mala suerte de quemarte, debes saber que al principio debes cambiar el vendaje todos los días. Una semana después del accidente, podrás cambiar la venda cada 3 o 4 días hasta que se cure.