El viaje de la glucosa en la sangre
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por un aumento anómalo de los niveles de glucosa en sangre. La glucosa es la parte del azúcar contenida en los alimentos que las células transforman en energía. ¿Qué ocurre con la glucosa en sangre cuando se sufre diabetes?
Para entender qué ocurre en el organismo de los diabéticos, debemos viajar hasta el páncreas. Las células de este importante órgano de la digestión segregan insulina, una hormona que favorece la absorción de azúcar y en concreto de la glucosa, la parte que las células convierten después en energía. Cuando sobreviene la diabetes, la producción de insulina por parte de estas células es insuficiente o nula. Así es como empieza a acumularse la glucosa en la sangre.
Mecanismo de acumulación de la glucosa en la sangre
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica producida por una secreción deficiente de insulina por parte del páncreas. La insulina es comparable a una llave que se inserta en una cerradura para abrir una puerta: si falta la llave o no funciona bien, nunca conseguiremos abrir la puerta. En esta metáfora, la “puerta” serían los canales de entrada en las células de las sustancias nutritivas (como la glucosa): si la insulina falta o no funciona, no se abrirán esos canales y los nutrientes, como la glucosa, no entrarán en las células. El resultado es que la glucosa se acumulará en la sangre y las células, al no recibir energía, se debilitarán.
La diabetes bloquea la glucosa en la sangre
La diabetes impide que la glucosa llegue a dos partes importantes del organismo: los músculos y el tejido adiposo (graso). La glucosa se acumula en la sangre hasta tal punto que los riñones no pueden retenerla y termina eliminándose en la orina junto con grandes cantidades de agua. Esto explica el nombre de esta patología: diabetes significa “pasar a través”: el alimento ingerido y los nutrientes como la glucosa pasan por el organismo sin ser aprovechados y se eliminan con la orina.
Glucosa en sangre, una química “dulce”
En estas condiciones, a causa de las grandes cantidades de glucosa excretadas, la orina se vuelve dulce: de ahí deriva el nombre de diabetes mellitus, un adjetivo que significa “dulce como la miel”. Precisamente el adjetivo “meloso” sirve para distinguir esta forma de diabetes de la “diabetes insípida”, una patología muy rara que no guarda relación con la mellitus y que se caracteriza por orinar mucho (hasta 20-25 litros diarios) pero sin que la orina presente glucosa (de ahí el adjetivo de “insípida”) y que no provoca carencia de insulina ni hiperglucemia. La “diabetes insípida” está causada por un error en la filtración del agua por parte de los riñones debido a un fallo de estos órganos o por una carencia de la hormona antidiurética que regula su función. También se produce un “paso a través”, pero en este caso solo de agua, sin glucosa.
Conocer los valores de glucosa en sangre
La glucemia, la concentración de glucosa en sangre, se calcula en miligramos por decilitro (mg/dl). Un valor de glucemia normal está comprendido entre 70 y 110 mg/dl. Se puede hablar de hiperglucemia y de riesgo de diabetes cuando los valores de glucosa en sangre son demasiado altos: superiores a 120 mg/dl en ayunas (durante 8 horas) o de 180 mg/dl tras la comida. La hiperglucemia puede dañar varios órganos y sistemas, en concreto el cardiovascular, los ojos, las arterias, los nervios de las piernas, los riñones y el cerebro.