Esguinces: cuando se “tuerce” el día
Los esguinces forman parte de la vida cotidiana. Basta un pie mal apoyado en la calle o una torcedura violenta de la mano para acabar con un esguince en el tobillo, la rodilla o incluso en la muñeca. El esguince, llamado comúnmente “torcedura”, parece la consecuencia física de una buena dosis de mala suerte. La realidad es que es uno de los traumatismos más habituales que pueden ocurrir. Algunas zonas del cuerpo están más expuestas a los esguinces, como el tobillo, la rodilla o la muñeca.
Un pie mal apoyado o una mano en una posición imposible. Hace falta muy poco para hacerse un esguince, uno de los traumatismos ortopédicos más comunes de la vida diaria. Puede suceder practicando deporte o caminando por la calle: son tantas las situaciones que pueden dar lugar a un esguince que es imposible citarlas todas. El esguince es una lesión a nivel articular: consiste en un estiramiento brusco y excesivo de las extremidades óseas, es decir, los ligamentos, que pueden producir desgarros en los casos más graves.
No todos los esguinces son iguales
Los esguinces de las articulaciones pueden dividirse en tres grupos: primero, segundo y tercer grado. Se habla de esguince de primer grado cuando se ven afectados levemente la cápsula sinovial y los ligamentos, sin lesión. Los esguinces de segundo grado, por su parte, afectan a la cápsula sinovial, con lesión y estiramiento de ligamentos. Por último, están los esguinces de tercer grado que son los más graves e implican el desgarro de la cápsula y los ligamentos. Por último, para curar un esguince de tercer grado en el tobillo podría necesitarse un vendaje semirrígido, una venda de escayola o, en el peor de los casos, una operación quirúrgica.
El esguince, un problema de carga
Con el término esguince nos referimos a una lesión en la articulación provocada por un movimiento brusco, improvisado e imprevisto que somete la articulación a una carga que supera sus límites de resistencia. En este tipo de traumatismo pueden producirse daños en los ligamentos y afectar o no al hueso. El esguince, a diferencia de la luxación o de otros traumatismos ortopédicos, no comporta la dislocación de la articulación.
Muñeca y tobillo: las zonas más expuestas a los esguinces
Aunque todas las articulaciones del cuerpo humano están expuestas al riesgo de un esguince, son especialmente sensibles a este traumatismo la muñeca, la rodilla y el tobillo. Así pues, ¿qué puede provocar un esguince común? Cuando afecta al tobillo o a la rodilla, las causas pueden ser muchas: mal apoyo, debilidad y descoordinación motoras o incluso el uso de prendas inadecuadas, como un par de zapatos que desequilibran la postura y propician los movimientos bruscos y mal coordinados. Una causa común del esguince de muñeca son los malos apoyos, ya sea en hiperflexión o en hiperextensión.